Los padres suelen definir a un hijo hiperactivo como inmaduro,
maleducado y gamberro. Sus comportamientos generan conflictos en la
familia, desaprobación y rechazo. Son irritantes y frustrantes en cuanto
al éxito educativo de los padres, y algunos niños tienden al
aislamiento social. Este trastorno ya se detecta antes de los 7 años y
unos tienen síntomas más graves que otros. Una cosa que hay que tener en
cuenta, es que si los padres riñen exageradamente al niño hiperactivo,
pueden estar fomentando un déficit de autoestima
por su parte (sobretodo si lo critican por todo lo que hace) y
realimentan el trastorno, ya que el pequeño acabará por no esforzarse
por portarse bien, pues verá que siempre acaban regañándole haga lo que
haga.